[Escrito el 18 de junio de 2015]
Los
haitianos inmigrantes en la República Dominicana tienen un nivel de educación
similar a los dominicanos de menores ingresos. Eso significa que su presencia
en el mercado laboral tiende a reducir el salario promedio que reciben los
trabajadores dominicanos menos calificados. De esto se deprende que su
repatriación, equivalente a una reducción de la oferta de mano de obra, subirá
el salario de equilibrio de los dominicanos más pobres.
Por otra
parte, los empleadores tendrán que enfrentar mayores costos laborales. Tómese
el caso del sector agropecuario y de construcción. La probabilidad de que un
haitiano trabaje en esos sectores es mucho mayor que la probabilidad de que lo
haga el dominicano. Eso implica que la repatriación de haitianos provocará un
aumento del salario en las actividades agropecuarias y en la construcción. Esto
sugiere que los propietarios del capital y de la tierra experimentarán una
reducción de sus beneficios.
La
consecuencia del aumento salarial y de la reducción de la mano de obra disponible
en la agropecuaria y la construcción será un aumento de precios y una disminución
del nivel de producción. El mayor costo salarial tenderá a ser trasladado a los
precios finales de los alimentos, perjudicando a todos los consumidores
dominicanos, en particular a los más pobres y a la clase media. Asimismo, el mayor costo de la mano de obra
en el sector construcción incrementará los precios de las viviendas y reducirá
el beneficio de los constructores.
En resumen,
en el corto plazo el impacto de la repatriación será negativo. Aumentarán los
precios y se reducirá la demanda y la producción.
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