[Escrito el 21 de enero de 2015]
Uno de los
grandes errores del sistema comunista es distorsionar los precios. La
consecuencia de ese hecho es una asignación ineficiente de los recursos
productivos y el colapso de la capacidad de creación de riquezas.
Desde poco
después de enero de 1959, el régimen cubano inició una política que controlaba los
precios y los alejaba de los niveles que hubiesen prevalecido en función de la
interacción de la oferta y la demanda.
El bloqueo
económico de los Estados Unidos permitió al gobierno justificar el
desabastecimiento que el control de precios provocaba ineludiblemente. A ese
bloqueo se le echó la culpa de la escasez, el racionamiento y las interminables filas para adquirir los
bienes básicos.
Los precios
constituyen el principal medio de transmisión de las necesidades de la
población. Si se les distorsiona, se toman decisiones que llevan hacia el
empobrecimiento de la sociedad.
Tómese el
caso de los salarios, que es el precio de la mano de obra. Un profesional, con
estudios de postgrado, recibe en Cuba un salario mensual equivalente a 21
dólares. Es cierto que recibe educación, salud y otros servicios del Estado
gratis, pero eso no es suficiente. Un salario tan bajo equivale casi a una
expropiación total del esfuerzo laboral.
El inicio
de las relaciones con los Estados Unidos no será suficiente para colocar a Cuba
sobre el camino correcto. La medida que sí lo hará será la de establecer los
precios de mercado a todos los bienes y servicios. Sólo así se iniciaría el
proceso de recuperación de una de las históricamente más brillantes economías
latinoamericanas.
Soy Dominicana. No creo ningún nacional de República Dominicana tenga derecho a cuestionar el modelo cubano. No hemos seguido sus prácticas, y pese a ello, no hemos logrado aumentar el empleo, reducir la pobreza, desigualdad ni garantizar servicios de salud y educación de calidad. Me parece un atrevimiento absoluto cuestionar las decisiones políticas de Cuba residiendo en un país arropado por la corrupción sin una clara identidad nacional.
ResponderEliminarEs algo atrevido de su parte el cuestionar, desde el anonimato y sin argumentos, la opinión de un profesional que se basa en la continua demostración por parte de la ciencia económica de que el sistema de precios constituye la espina dorsal de cualquier sistema económico, junto a la evidencia empírica de que el distorsionar los mismos equivale a provocar en tal sistema económico lesiones que devienen en la cuadraplejia del mismo.
EliminarSi los dominicanos no hemos sido capaces de erradicar los grandes problemas que nos aquejan, no ha sido por la distancia de nuestra praxis a la del sistema cubano, sino que ha sido por nuestra incapacidad de dar vuelta a las instituciones políticas y económicas de carácter extractivo que se han enraizado en las sucesivas generaciones de habitantes de esta tierra desde tiempos de la colonia.
Brillante comentario, Félix D. Mejía, Felicitaciones!
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