[Escrito el 20 de noviembre de 2014]
En el día de hoy, el presidente Barack
Obama reveló su plan para apoyar a los inmigrantes que residen con un estatus
irregular en los Estados Unidos. De acuerdo a sus planteamientos, se permitirá
que más de cuatro millones de ilegales puedan aplicar a permisos de trabajo,
eliminando la posibilidad de que sean deportados.
El requisito para acogerse a ese plan es
que esos inmigrantes hayan residido por al menos cinco años en los Estados
Unidos y que sean padres de ciudadanos o de residentes permanentes en ese país.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca fortalecerá
los controles en la frontera. Se adoptarán medidas más estrictas para evitar
que entren a su territorio personas ilegalmente.
Uno de los objetivos del presidente Obama
es que esos millones de trabajadores, ya legalizados y documentados, puedan
contribuir al fisco mediante el pago de impuesto sobre la renta. Algunos
analistas piensan que la legalización de esas personas provocará que se
trasladen hacia trabajos mejor remunerados, perjudicando la rentabilidad de las
empresas que actualmente les emplean.
Los Republicanos, como era de esperar,
criticaron esas medidas unilaterales del Presidente de los Estados Unidos. Y advierten
que la decisión presidencial podría dificultar todavía más que el Congreso
adopte reformas que arreglen permanentemente el sistema migratorio
estadounidense.
No cabe duda de que la migración es un tema
delicado en todos los países que son nodos atrayentes de flujos de personas,
como es el caso de la República Dominicana.
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