Tal como se había previsto, Rusia reaccionó a las sanciones
establecidas por la Unión Europea y los Estados Unidos, prohibiendo por un
período de 12 meses importaciones que regularmente realiza de Europa, Estados
Unidos, Japón, Australia y Noruega por un monto cercano a los 9 mil millones de
dólares anuales.
Específicamente, de Noruega se limitarán las importaciones
de pescado y mariscos; de Holanda y Finlandia, queso; de España y Polonia,
frutas; de Alemania, Dinamarca, Francia y Canadá, carne de cerdo; y de los
Estados Unidos, carne de pollo.
Esas restricciones podrían significar una presión sobre la
meta de inflación en Rusia. Por eso el reto de las autoridades será aumentar la
producción local para evitar el aumento de los precios de esos alimentos.
Conociendo a los rusos se puede señalar que los rubros seleccionados podrán ser
suplidos con relativa facilidad por los productores nacionales o por otros
exportadores, como Brasil, Argentina, Chile, Ecuador, Nueva Zelandia y Turquía.
El primer Ministro Dimitry Medvedev declaró que también se
prohibirá el tránsito de los vuelos de Ucrania por el espacio aéreo ruso.
Incluso señaló que esa prohibición podría afectar también a los vuelos europeos
y norteamericanos que transitan esa ruta para llegar a países asiáticos. Esto
podría significar grandes pérdidas para las líneas áreas.
Ese tipo de comportamiento político crea incertidumbre y
genera mayores problemas en un mundo desarrollado cuya economía todavía se
encuentra en la fase de recuperación. Es una pena que las lecciones aprendidas
de dos guerras mundiales no hayan sido suficientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario