El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff ha decidido
tomar medidas para regular la entrada de haitianos a su territorio.
Las autoridades brasileñas analizarán el perfil laboral de
los inmigrantes. Esto tiene como objetivo evitar que la entrada de esa mano de
obra deprima el salario de los trabajadores brasileños. Cabe recordar que el
aumento de la oferta laboral reduce la remuneración de los trabajadores con igual
nivel educativo y experiencia.
En la República Dominicana se ha demostrado que la
inmigración haitiana reduce el salario de los trabajadores de menores ingresos,
pues éstos tienen un perfil laboral muy parecido al de los inmigrantes haitianos.
Una preocupación en Brasil es la llegada ilegal de esos
trabajadores. Los brasileños se quejan porque alrededor de 900 haitianos se
encuentran en condiciones irregulares en su territorio y desean adoptar medidas
que permitan su llegada normal, “por aeropuertos y puertos.”
Para facilitar esa entrada legal, el gobierno brasileño ha
duplicado el número de visas que otorga mensualmente a los inmigrantes
haitianos, llevándola a mil, lo cual significa que en un período de 1 año recibirían
12 mil personas.
Ese dato sugiere que los brasileños no deberían preocuparse por
el impacto de esa inmigración sobre el mercado laboral y las finanzas públicas,
pues a ese ritmo le tomaría 83 años alcanzar la cantidad de haitianos
residentes en la República Dominicana, que se estima en más o menos un millón
de personas. Una cifra que resultaría insignificante para los 200 millones de
brasileños.
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