El nuevo gobernador del banco central de la India, Raghuram
Rajan, sorprendió el viernes pasado a los mercados al aumentar la tasa de interés de política
monetaria en 25 puntos básicos, colocándola en 7.5%. Esa decisión rompe con la
política monetaria aplicada desde el año 2012, la cual promovió la disminución
de las tasas de interés para acelerar el ritmo de crecimiento económico.
El mensaje del gobernador Rajan está claro. A partir de del viernes,
el principal objetivo de su política monetaria será reducir la tasa de
inflación y mantener relativamente estable el valor de la rupia frente al dólar,
la cual se depreció en un 18% entre mayo y agosto de este año.
Esa medida ocurre días después de que en la República Dominicana
el gobernador Héctor Valdez incrementase la tasa de interés de política
monetaria en 200 puntos básicos, llevándola a un 6.5%.
La diferencia en la magnitud de los aumentos de las tasas de
interés sugiere que el gobernador Valdez es menos gradualista que Rajan y revela
que prefiere anclar con mayor fuerza las expectativas de inflación y
depreciación cambiaria.
En semanas recientes Brasil, Indonesia, Perú, Turquía y
otras economías emergentes han adoptado similares medidas ante la salida de
capitales provocada por la incertidumbre que emana del desmonte del programa de
compra de bonos de la Reserva Federal.
Esto implica que, en el corto plazo, se le está dando más
importancia a la inflación que al crecimiento económico.
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