La guerra comercial de los Estados Unidos y China tendrá un impacto neto negativo a nivel mundial.
Habrá una reducción del nivel de la actividad económica a nivel global. Esto implica menores ventas, menor empleo, menores ingresos, menor inversión, menor valor de las acciones, pérdida de riqueza financiera en los mercados bursátiles y, en consecuencia, menor calidad de vida. La disminución de la actividad económica elevará el riesgo de una recesión.
Los productores chinos sufrirán. El mercado estadounidense es más importante para China que el mercado chino para los Estados Unidos. La variedad de productos exportados desde China a los Estados Unidos es superior a la variedad de los productos estadounidenses exportados a China.
Los agricultores estadounidenses sufrirán. Las ventas a China se harán más caras y los chinos tenderán a sustituir parte de los productos estadounidenses. Suplidores de otros países podrían beneficiarse.
Los productores estadounidenses de electrónicos sufrirán. China representa un eslabón importante de la cadena de suministro de insumos y bienes intermedios del sector industrial de los Estados Unidos.
Los consumidores estadounidenses sufrirán. A partir del primero de septiembre comenzará a aplicarse en Estados Unidos el 10% sobre la ropa, aparatos electrónicos y otros productos provenientes de China. De acuerdo al WSJ, JP Morgan Chase estima que el consumidor promedio estadounidense deberá pagar al año 1,000 dólares adicionales por el aumento de los aranceles.
Aumento de precios y menor empleo. Esa combinación se denomina estanflación. El peor de los mundos.
Las finanzas públicas estadounidenses y chinas mejorarán. El aumento de las tasas arancelarias se traducirá en mayores ingresos tributarios para ambos países.
La demanda de petróleo se reducirá. Esto puede reducir el precio del crudo y sus derivados, a menos que el conflicto con Irán provoque una disminución de la oferta del Medio Oriente.
La gran pregunta que habría que responder es si esta guerra comercial beneficiará o no al presidente Trump en las elecciones de 2020.
La respuesta dependerá del escalamiento del conflicto. La situación puede complicarse si la guerra comercial acentúa la guerra tecnológica y la manipulación de monedas, y si desemboca en la reducción de la compra por China de títulos del Tesoro de los Estados Unidos. Esto reduciría el precio de los bonos del Tesoro y aumentaría las tasas de interés. Una combinación de inflación más elevada, un aumento de la desocupación y mayores tasas de interés puede resultar negativa para el futuro político del presidente Trump.