En noviembre de 2009 les dije que, después de las elecciones, el gobierno aplicaría un aumento de la carga tributaria. Les recomendé que para evitar el aumento de los impuestos era imprescindible contar con un Congreso Nacional que sirviese de contrapeso al Poder Ejecutivo. Les señalé que ese equilibrio de poderes era indispensable para obligar al gobierno a aplicar una política de reducción del gasto público. Lamentablemente, más de la mitad del electorado no me escuchó y votó por el PLD.
Para ese entonces el Ministro de Hacienda, Vicente Bengoa, señalaba que el Fondo Monetario Internacional había cambiado. Según él, el FMI le prestaba al gobierno para que gastara y reactivara la economía. Hasta el Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, afirmó algo similar. Ante esas declaraciones escribí el 11 de noviembre de 2009 un artículo intitulado “Un acuerdo de dos caras” en el cual afirmé: “El Acuerdo Stand-By firmado con el Fondo Monetario Internacional tiene dos caras. La primera se verá en el corto plazo y se caracterizará por la expansión del gasto público financiado con recursos externos. La segunda se verá desde mediados de 2010, cuando se intente retornar a la sostenibilidad de las finanzas públicas mediante la aplicación de una nueva reforma tributaria. Los excesos de hoy serán la resaca de mañana.”
El aumento de los combustibles no será suficiente para cerrar el déficit fiscal. Cabe recordar que en los primeros cinco meses del año el gobierno desbordó el gasto público para comprar las elecciones. Esto provocó un déficit público de 76,752 millones de pesos, el cual es demasiado elevado como para ser enfrentado únicamente mediante el incremento de los precios de los combustibles. Por eso considero que la “indexación” de los impuestos que gravan el consumo de combustible es sólo el primer paso.
Les recuerdo que en ese artículo del 11 de noviembre también escribí: “A partir de junio de 2010, pasadas las elecciones congresuales y municipales, el gobierno iniciara el proceso de reforma tributaria. La intensidad de esa reforma dependerá del resultado electoral. Si el gobierno actual gana la mayoría congresual, el incremento de los impuestos será muy acentuado. Entre las medidas que se adoptarán se encuentran: aumento de la tasa del impuesto sobre la renta; la expansión de la base y de la tasa del Itbis; y el aumento de las tasas de los impuestos selectivos al consumo de combustibles, bebidas alcohólicas, cigarrillos y cerveza, entre otros.”
Ante esa realidad cabe preguntar: ¿Para qué pagaremos más impuestos? ¿Para que siga la corrupción, la nominilla, los viajes de lujo y el despilfarro? Por eso te pido que digas NO al incremento de la carga tributaria. Que se ajuste el gobierno. Que reduzca los gastos y que, por primera vez, sea austero.